Entrados en el mes de octubre, ya nos huele a otoño. Los días se hacen cada vez más cortos, vamos dejando en el armario las prendas más ligeras y nuestras rutinas en los menús cambian.
Porque el otoño nos devuelve esos placeres que quedaron guardados con la llegada del calor y que ahora recuperamos:
- Las castañas y los castañeros/as y ese olor que impregna las calles y que hace muy difícil resistirse a probar un buen magusto.
- Las calabazas y sus purés, lo reconfortante que es cenar algo calentito por las noches cuando ya empieza a hacer frio.
- La acelga, esa verdura incomprendida pero que tan buenas migas hace con cualquier puchero.
- Los casamientos, esa unión tan sagrada entre el higo y la nuez.
- Los brócolis, tan de temporada y ahora considerado el superalimento que nos ayuda a volver a comer sano con las mil recetas que nos encontramos sobre el por internet.
- Las granadas y sus zumos.
- El dulce de membrillo, probar a hacerlo y como no iba a ser menos probar a comerlo…. y repetirlo.
- La vuelta de las mandarinas, el placer de comerse algo dulce sin remordimientos.
- Las uvas que nos recuerdan a una Navidad que cada vez está más cerca….
Ha llegado el otoño para quedarse con nosotros unos meses, es tiempo de disfrutar de todos los frutos de esta estación de llenarnos de sus sabores y también de sus colores. Descubre y disfruta de lo nuevo y no olvides que comer de temporada es bueno para la salud y también para el planeta
Y ya que nos huele a otoño… ¿Quién dijo que esta estación iba a ser solo nostalgia y aburrimiento?